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Información biográfica
Arriba
- Información biográfica
- El sol de Mayo (Trad. de Miguel Antonio Caro)
- Himno de la ciudad (Trad. de Miguel Antonio Caro)
- La voz del Otoño (Trad. de Miguel Antonio Caro)
Información biográfica
- Nombre: William Cullen Bryant
Lugar y fecha nacimiento: Cummington, Massachusetts, Estados Unidos, 3 de noviembre de 1794
Lugar y fecha defunción: Nueva York, Estados Unidos, 12 de junio de 1878 (83 años)
Ocupación: Periodista, crítico, traductor, poeta
Defendió los derechos humanos y abogó por la libertad y por la abolición de la esclavitud.
Fuente: [William Cullen Bryant] en Wikipedia.org
Fuente: [William Cullen Bryant] en Wikipedia.org
Arriba
- El sol de Mayo
- (Traducción de Miguel Antonio Caro incluida en el libro Traducciones poéticas, 1889)
El sol de Mayo envuelve en esplendores
Prado y selva, de nuevo floreciente;
Mas la que a honrar venía estos verdores
Con sonrisa aún más pura y más fulgente,
En soledad reposa
Bajo la helada losa.
En larga copia blancas flores bellas
Asoman del camino en las orillas;
La que con mano que envidiaban ellas,
Cogiendo iba y juntando florecillas,
En soledad reposa
Bajo la helada losa.
Los pájaros al aura brillad ora
Esparcen sus concentos matutinos;
La que con voz más dulce y más canora
Convidome tal vez a oír sus trinos,
En soledad reposa
Bajo la helada losa.
La música del año que amanece,
La florida estación me causa enojos;
Mi espíritu se anubla y entristece,
Las lágrimas asoman a mis ojos;
Que ella ¡ay de mí! reposa
Bajo la helada losa.
Himno de la ciudad
- (Traducción de Miguel Antonio Caro incluida en el libro Traducciones poéticas, 1889)
No sólo en yermo llano,
Ni allá en selvoso apartamiento esquivo,
El pensamiento humano
Puede a Dios contemplar presente y vivo;
Ni sólo oye su acento
Donde la onda retumba y silba el viento.
También aquí presente
Yo te adoro ¡Señor!, aquí te miro,
Donde bulle la gente
Con vasta resonancia y vario giro
Entre muros, do ufana
Puso su sello audaz la industria humana.
Tu luz, vertida a mares
Del combo cielo, la ciudad inunda,
Penetra los hogares,
Espacio lleno de aire nos circunda;
Por ti el mar sus tributos
Nos da, y las costas sus preñados frutos.
Goza vital aliento
Tanto agrupado ser, y a ti lo debe;
Y el sordo movimiento
De inmensa multitud que habla y se mueve,
Tu alto poder proclama
Cual tormenta que zumba o mar que brama.
Y a la hora del descanso,
Cual duerme la alta mar, cesa el tumulto;
Y aquel silencio manso,
Obra tuya también, te ofrece culto;
Tú, soberano dueño,
De la inerte ciudad guardas el sueño.
La voz del Otoño
- (Traducción de Miguel Antonio Caro incluida en el libro Traducciones poéticas, 1889)
Murmurando a la contina
Sopla alada ventolina,
Y retostadas y rojas
Cual copos de luz, las hojas
Remolina.
Ya mustia campiña rasa,
Ya el árbol que el sol abrasa
Roza en blando movimiento;
Doquier de otoño el aliento
Corre y pasa.
Sobre el musgoso arroyuelo
Susurra, y saluda, al vuelo,
La última desierta flor
Que lánguida y sin color
Mira al cielo.
Y a rapaces bullidores
Llega, y besos voladores
Les da en ojos y mejillas,
Y deja atrás sus cuadrillas
Y clamores.
Y a lago y selva remota
Va triscando, y alborota
El más recóndito nido,
Do entre peñas escondido
Raudal brota.
Ni en la granja se guarece
Que alegre ninfa embellece,
Ni en concavidad repuesta;
Huye, y la cima traspuesta,
Desparece.
Di, ¿no te causa pesar,
Nunca haber de reposar,
Blanda brisa, ni en laderas
De los montes, ni en riberas
De la mar?
Perenne inquietud te asiste,
Para agitarte naciste,
Sin cesar, de Oriente a Ocaso;
Aura que detiene el paso,
Ya no existe.
Pienso que dejando lloras,
Mil formas encantadoras
Que, doquiera que resbalas,
Con tus levísimas alas
Mal desfloras.