Manuel María Barbosa de Bocage

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    Información biográfica

  1. A la fortuna (Trad. de Marcelino Menéndez Pelayo)
  2. Despedida
  3. Contrición
  4. Volaste, alma inocente (Trad. de Marcelino Menéndez Pelayo)


Información biográfica
    Nombre: Manuel María Barbosa de Bocage
    Lugar y fecha nacimiento: Setúbal, Portugal, 15 de septiembre de 1765
    Lugar y fecha defunción: Lisboa, Portugal, 21 de diciembre de 1805 (40 años)
    Ocupación: Traductor, escritor, poeta

    Fuente: [Manuel María Barbosa de Bocage] en Wikipedia.org
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    A la fortuna
      (Traducción de Marcelino Menéndez Pelayo, junio de 1785)

      Frenética ambición devora a César,
      Un amor venicial al grande Antonio,
      Importuna codicia a un Alejandro:
      He aquí tus favoritos.

      Lejos de mí, fortuna, déjame ora
      Con la indigencia mísera luchando,
      Esas tus vanaglorias no las quiero,
      No quiero tus favores.

      Conquista adoradores, yo no vendo
      A númenes extraños culto impuro,
      Doblo mi frente a Providencia sacra
      Con humilde respeto.

      Si ella pobre me quiere, me conformo
      Con el santo querer que así lo manda,
      De la amable paciencia revestido
      Recibiré sus golpes.

      Por esto no trocará palmas, lauros,
      Que ostentan los campeones triunfadores;
      Yo triunfo de mí mismo; esta victoria
      Debe cantar la fama.

      Si pobreza importuna me persigue
      Desde la cuna hasta el sepulcro triste
      Si horrible enfermedad tiende sus alas
      Y en mí su golpe asesta,

      Y si la negra muerte me arrebata
      Mi dulce protección, mi único asilo,
      O me arranca los padres tan amados,
      Espejo de virtudes,

      La muerte, la orfandad, los males todos
      Cual celestiales dones considero,
      Beso la sacra mano que me hiere,
      Sus decretos acato.

      No tengo imprecación, no tengo queja,
      Contra quien como padre que castiga
      Deja luego entrever tiernas bondades
      Que el llanto nos enjugan.
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    Despedida
      Ausentome de ti, ¡paterno Sado!
      Mansa corriente, deleitosa, amena,
      En cuya playa el nombre de Filena
      He mil veces escrito y mil besado.

      No me verás, en medio a mi ganado,
      Tañer más la amorosa y blanda avena,
      A cuyo susurrar ibas, serena,
      A confundirte con el mar salado.

      Debo blandir, por orden de la suerte,
      Cayados no: mortíferos alfanjes
      En los campos de Marte, altivo y fuerte.

      Y tal vez, entre impávidas falanges
      Haga testigos de mi propia muerte
      A las riberas que humedece el Ganges.
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    Contrición
      Gasté mi ser en lides de demencia:
      ¡Un tropel de pasiones me arrastraba!
      ¡Ciego y mísero fui cuando soñaba
      Que era casi inmortal mi humana esencia!

      Con fulgores de sol, una existencia
      Engañosa la mente me doraba.
      Mas la naturaleza claudicaba,
      Del mal original a la presencia.

      ¡Tiránicos placeres, los despojos
      Vuestros hundió en un mar de desengaños
      Esta alma, que -sedienta- en sí no cupo!

      Cuando la muerte, ¡oh Dios!, cierre mis ojos,
      Gane un instante lo perdido en años:
      ¡Sepa morir el que vivir no supo!
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    Volaste, alma inocente
      (Traducción de Marcelino Menéndez Pelayo, noviembre 1874)

      Volaste, alma inocente, alma querida,
      Fuiste a ver otro sol de luz más pura;
      Falsos bienes de vida que no dura
      Truecas por bienes de la eterna vida;

      Por Dios llamada, para Dios nacida,
      Ya de vana ilusión vives segura;
      Feliz te creo, pero mi ternura
      Con puñal de tristeza queda herida.

      ¡Desdichado el mortal, insano, insano,
      En llorar por los hados de quien mora
      En palacio de eterno soberano!

      Perdona, Anarda, al triste que te adora;
      Tal es la condición del pecho humano;
      Si la razón se ríe, Amor te llora.
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