Hipólita de Narváez

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    Información biográfica

  1. Sonetos


Información biográfica
    Nombre: Hipólita de Narváez
    Lugar y fecha nacimiento: Antequera, Málaga, finales del siglo XVI
    Lugar y fecha defunción: Antequera, Málaga, finales del siglo XVI
    Nacionalidad: Española
    Movimiento: Manierismo
Existen muy pocos datos sobre Hipólita de Narváez, mencionada -junto con su supuesta hermana Luciana y con Cristobalina Fernández de Alarcón- en las Flores de Poetas Ilustres (publicada en 1605) de Pedro de Espinosa. También es citada por Rodrigo de Carvajal. Hay investigaciones para tratar de desvelar la existencia de estas dos hermanas, pero no consta ningún registro oficial de ellas en Antequera, por lo que se cree que pueden ser los seudónimos utilizado por alguna mujer de clase alta y con acceso a la cultura ante la dificultad de presentar públicamente sus obras. 


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    Sonetos
      I

      Engañó el navegante a la sirena,
      El dulce canto en blanda cera roto;
      Y ayudado del santo, su devoto,
      El cautivo huyó de la cadena.

      De la serpiente que en la selva suena,
      La virgen se libró con alboroto,
      Y de las ondas se escapó el piloto
      Haciendo remo el brazo, nao la entena.

      Yo, fuerte, presa tímida, constante,
      Venzo sirenas, sierpes, ondas, hierro,
      Y sola muero a manos de mi daño.

      Virgen, piloto, esclavo, navegante,
      Ven, libres, que no importa a mi destierro
      Voto, temor, necesidad, engaño.

      II

      Fuese mi sol y vino la tormenta,
      Que yo no espero de su ausencia menos,
      Y el cielo turquesado sus serenos
      Ojos cubrió, obligado de la afrenta.

      Un acento tristísimo revienta
      Entre los vientos de tinieblas llenos;
      Tiemblan las nubes con los roncos truenos,
      Arden los campos, el temor se aumenta.

      Salió mi sol y de dorados jaspes
      Vistió su oriente, y de esmeraldas finas
      Los altos montes y las llanas tierras;

      Bordó las vagas nubes de giraspes,
      Sudaron rubias mieles las encinas
      Y blanca leche las azules sierras.

      III

      Rompe Leandro, con gallardo intento,
      El mar confuso, que soberbio brama;
      Y el cielo, entre relámpagos, derrama
      Espesa lluvia con furor violento.

      Sopla con fuerza el animoso viento,
      Triste de aquel que es desdichado y ama,
      Al fin al agua ríndese la llama,
      Y a la inclemente furia el sufrimiento.

      Mas, ¡oh felice amante!, pues al puerto
      Llegaste deseado de ti tanto,
      Aunque con cuerpo muerto y gloria incierta.

      Y desdichada yo, quien mar incierto,
      Muriendo entre las aguas de mi llanto,
      Aún no espero tal bien después de muerta.
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